AUTOR: Luciano F. Correa Sagavia.
NUESTROS MOTIVOS.
La paralización y saqueo de la Universidad Nacional Autónoma de México por mas de nueve meses, seis años de ocupación de una parte de Chiapas por el Ejército Zapatistade Liberación Nacional, las emboscadas terroristas del Ejército Popular Revolucionario y del Ejército Popular Revolucionario Independiente en Guerrero, la presencia de grupos armados clandestinos en 16 estados del país señalada recientemente por la Secretaria de la Defensa, el ir y venir de los enmascaradosdel EZLN incitando a levantamientos como el suyo, la escalada del crimen organizado en delitos con repercusión político-económica como invasiones, homicidios y secuestros y la zozobra en que viven las familias constantemente amenazadas, son sólo las manifestaciones mas visibles y violentas de una extensa conspiración contra un Estado Mexicano que ejerce cada vez menos su soberanía, que se sabe desbordado por fuerzas que escapan al 3 Sistema, que vive sujeto a chantajes partidarios y extrapartidarios y, lo que es peor, que ignora o finge ignorar cuales son las verdaderas raíces de tan intensa subversión.
Y cuales son estas? Años de estudio sobre lacuestión nos llevan a la conclusión de que el foco conspirativo contra México se encuentra en la alianza de los nuevos marxistas con los teólogos de la liberación cuyomotor y cerebro son los Nuevos jesuitas. De eso trata este libro en su segunda edición corregida y aumentada.
El año pasado, bajo el título «Algunas verdades sobre laUniversidad Iberoamericana y sus directivos» relatamos hechos que comprueban la total incorporación de los jesuitas al activismo marxista y su retiro creciente de laortodoxia y moral católicas. En esta reedición agregamos un exordio y un capitulo final que presenta evidencias flagrantes de agitación política y búsqueda de poder delos jesuitas del ITESO de Guadalajara.
La Compañía de Jesús, cuyos miembros tuvieron periodos de expulsión de nuestro país lo mismo en la Nueva España que en el México independiente, es desde hace al menos treinta años una congregación religiosa en estado de guerra. Al interior, contra todos aquellos jesuitas que aun se resisten a traicionar al Papa, a la Iglesia y a Dios mismo con su rechazo a la impostación materialista y terrenal impuesta a su Orden por la Congregación General XXXII de diciembre de 1974; y hacia el exterior en guerra contra lo que llaman la «justicia institucionalizada» que seencuentra «incrustada en las estructuras económicas, sociales y políticas que dominan la vida de las naciones y de la comunidad internacional», según dice textualmenteel Decreto número 4 de la citada Congregación, proclamado personalmente por el entonces Padre General Pedro Arrupe.